Acertijos en inicio de temporada

RÉCORDS DEL ATLETISMO

La temporada 2012 pasó a los libros con seis récords mundiales, cuatro de ellos impuestos en la cita olímpica de Londres.

Por: Eyleen Ríos López	(eyleen.rios@inder.gob.cu)

lunes, 14 de enero de 2013 02:19 PM

La marca de Sotomayor parece una de las destinadas a mantenerse. Foto:

La Habana (14 ene).- MUCHA falta harían dotes adivinatorias para conocer qué sucederá con los récords mundiales del atletismo en la temporada por comenzar.
Como en todo deporte de tiempos y marcas el tema de los registros máximos despierta los más inusitados pronósticos, sobre todo cuando recién despedimos un año en que fueron seis los impuestos.
La cifra responde solo a los eventos incluidos en los programas olímpico y mundial, pues otros se convocan indistintamente en competiciones diversas.
Una mirada a lo homologado por la Federación Internacional sirve para confirmar que el 12,80 del vallista corto estadounidense Aries Merrit es el más “fresco” entre los conseguidos en la campaña anterior.
Coronado monarca bajo los cinco aros en Londres, Merrit se inscribió entre los elegidos el 7 de septiembre en Bruselas, Bélgica, última de las etapas de la Liga del Diamante, y para desencanto de los cubanos lo hizo borrando el nombre de Dayron Robles (12,87), quien lo exhibía desde el 2008.
Por cierto, ese resultó uno de los dos registros no conseguidos en la ciudad del Támesis, pues el otro lo anotó en su propio país el decatlonista estadounidense Ashton Eaton (9039) entre el 22 y el 23 de junio.
Los resultantes de la fiesta cumbre convirtieron en noticias al ochocentista keniano David Rudisha (1:40.91), los hombres del relevo jamaicano de 4x100 (36.84), las damas estadounidenses de igual modalidad (40.82) y a la rusa de los 20 kilómetros marcha Elena Lashmanova (1:25.02).
Escudriñando en el listado llama la atención que ahora suman 10 las cotas vigentes impuestas en citas olímpicas, seis de ellas entre mujeres, y subsisten algunas que datan de Seúl´88.
Desde entonces perduran la de 200 metros de la estadounidense Florence Griffith-Joyner (21.34), la de heptalón de su compatriota Jackie Joyner-Kersee (7291) y la de las soviéticas del 4x400 (3:15.17).
Las damas también exhiben la distinción en cuanto al más longevo, pues en julio próximo se pudieran cumplir 30 años de que la checa Jarmila Kratochvílová corriera los 800 metros en 1:53.28 minutos.
Otra marca respetable desde la década de los 80, considerada “irrompible”, es el 47.60 con que la alemana Marita Koch se adueñó de la supremacía en los 400 metros en octubre de 1985.
En total son 11 los registros de féminas subsistentes desde esa década, pero sus pares masculinos apenas han dejado con vida dos: el 74,08 metros del discóbolo alemán Jürgen Schult y el 86,74 del martillista soviético Yuriy Sedykh, ambos de 1986.
Una ecuación inversa emergió de los años 90, ya que apenas tres subsisten en el sector femenino, en tanto para ellos 10 resultaron inaccesibles, siete pasados a los libros entre 1990 y 1995.
En ese último grupo se incluye el astronómico 2,45 del cubano saltador de altura Javier Sotomayor, perpetuado desde 1993.
De un año antes, en los Juegos Olímpicos de 1992, data el 46.78 con que el estadounidense Kevin Young reinó en los 400 con vallas, otro considerado fuera del alcance de los actuales exponentes del evento.
Cambiando el punto de mira hacia los poseedores de más de un récord, resalta que la estrella jamaicana Usain Bolt es el más privilegiado: su nombre se inscribe en los 100 (9.58) y los 200 (19.19) metros e integra la nómina 4x100 ganadora en Londres.
Estos son apenas algunos detalles a seguir durante los certámenes al aire libre en una temporada que tendrá punto culminante en el Campeonato Mundial a disputarse entre el 10 y el 18 de agosto en Moscú.
¿Cambiará de dueño algún récord? ¿Mejorará su tope alguno de los actuales plusmarquistas? ¿Seguirá asombrando el fuera de liga Bolt o se dejará arrebatar protagonismo por su compañero Yohan Blake?
Solo el tiempo permitirá responder tantas interrogantes, al menos entre los simples mortales carentes de dotes adivinatorias.