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MIRADAS AL 2024
Campo y pista desde diferentes perspectivas

Los paratletas marcaron el paso durante un año de luces y sombras.


Por: Eyleen Ríos López
(eyleen.rios@inder.gob.cu)
lunes, 09 de diciembre de 2024 05:05 PM



Foto: Calixto N. Llanes, enviado especial

La Habana.- CUALQUIER valoración al desempeño de los exponentes cubanos del atletismo y el paratletismo en 2024 implica una mirada desde ángulos opuestos, ya sea con los resultados como punto de partida o desde las realidades de ambas modalidades.

Los representantes de la Isla en situación de discapacidad protagonizaron una excelente temporada que tuvo como punto más alto los Juegos Paralímpicos de París 2024, en que sus figuras principales brillaron y otras emitieron señales esperanzadoras.

A la muy esperada triple coronación de la velocista Omara Durand, y la del también favorito saltador de longitud Robiel Yankiel Sol, se unió la proeza del jabalinista Guillermo Varona para fijar en cinco los aportes dorados a la delegación.

La Diva de las Pistas cerró allí una trayectoria colmada de éxitos, más por entendibles deseos personales que por la merma en sus rendimientos. Cerca de cumplir 33 años, otra vez corrió sin rivales que hicieran peligrar sus triunfos.

Tal dominio fue muestra palpable de que estaba en condiciones de seguir alegrando a sus seguidores, mas dijo adiós con la convicción de que puede aportar desde otras funciones.

Moldear su relevo a mediano plazo es un enorme reto, demandante de trabajo serio y planificado con el talento disponible.

En París, además de los cinco cetros, quedaron otras actuaciones memorables como las medallas de plata y bronce conquistadas por el velocista Yamel Luis Vives y el jabalinista Ulicer Aguilera, respectivamente.

Meritorios resultaron igualmente los avances a finales del corredor Raciel González y el también jabalinista Ever René Castro en cita que constituyó colofón de otro año exitoso.

También lo enriquecieron varios reinados en paradas de grand prix y el récord mundial de 7,84 metros inscrito por Robiel Yankiel, quien a sus 21 años se erige como la estrella con mayor proyección dentro del paratletismo.

LOS CONVENCIONALES

Un análisis más profundo merece el saldo de los atletas de la Isla en un año cuyo calendario incluyó el campeonato mundial bajo techo, paradas de la Liga del Diamante y otros mítines de nivel, camino a los Juegos Olímpicos con poco que celebrar.

Por primera vez, desde la presea de plata conquistada por Enrique Figuerola en la edición Tokio 1964, los cubanos se despidieron de un escenario olímpico sin al menos un premio. El cuarto lugar de Liadagmis Povea (14,64 metros) en el triple salto se anotó como lo más destacable en cuanto a resultados.

No obstante, merecen reconocimiento aquellos que consiguieron en la convocatoria francesa sus mejores registros de la temporada, incluso fijando nuevos topes a sus trayectorias.

En ese grupo sobresale Daily Cooper, joven especialista de los 800 metros, crecida en cada presentación. Y aunque no pudo colarse entre las candidatas al podio de París 2024, su crono de 1:58.39 minutos en semifinales fue récord personal, pero al mismo tiempo un esperanzador bálsamo para la nula cosecha.

El triplista Lázaro Martínez tuvo bajo los cinco aros su mejor exhibición del año con un brinco de 17,34 metros que le dejó octavo, y los mismo hicieron Rose Mary Almanza (1:58.73 en los 800 m), Roxana Gómez (50.38 en los 400 m) y Melany Mateus (61,07 en el disco), pero por debajo de lo necesario para aspirar a finales.

Mención aparte merece la triplista Leyanis Pérez. Por precedentes y proyección se erigía como la más probable medallista –incluso a instalarse en el trono–, sensaciones que crecieron después de la lesión de la estelar venezolana Yulimar Rojas. Sin embargo, quedó lejos de su mejor versión y con salto de 14,62 metros tuvo que conformarse con la quinta posición.

La pinareña había tenido un alentador inicio de curso con la medalla de plata en la justa universal en pista cubierta y al final las esperanzas eran verle encumbrarse en París, clara señal de que la joven de 22 años deberá realizar, de la mano de su entrenador Ricardo Ponce, los ajustes necesarios para que lleguen por fin los esperados títulos olímpicos y mundiales.

No obstante, Leyanis encontró algo de consuelo en la final de la Liga del Diamante y trajo a la Isla la preciada gema. Así, cerró un año marcado por sentimientos encontrados, pero igual de experiencias aprovechables para no repetir errores y encarar el futuro con ese ánimo con que siempre se le ve “entrarle” a la tabla.

En el ámbito nacional, hubo espacios para mirar hacia las reservas, a través de las competencias pioneriles, juegos escolares y juveniles. En ese repaso se detectaron talentos, pero también carencias, sobre todo entre quienes tienen la misión de “moldear la base” guiando los primeros pasos de futuras estrellas, y que en ocasiones no encuentran el apoyo y los incentivos suficientes para avanzar en ese sentido.

La temporada que se avecina volverá a ser exigente, aunque solo con los Juegos Panamericanos Júnior de Asunción2025 como reto multidisciplinario en agenda. Para los mayores los retos principales se centrarán en los campeonatos mundiales de Nanjing (bajo techo) y Tokio (al aire libre), y las giras de preparación.

Planificarlas con inteligencia y rigor, aprovechar al máximo que competencia incluida, y garantizar las condiciones idóneas para la preparación, serán claves para que el 2025 deje mejores frutos para el atletismo en Cuba.

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