La Habana.- EN AÑOS olímpicos las alabanzas dependen en gran medida de los resultados bajo los cinco aros. Sin embargo, hay disciplinas que dejaron hechos merecedores de ellos aun sin podios de ese tipo.

Así sucedió al tiro deportivo de Cuba en París 2024, donde su principal figura, el campeón y plateado en esas lides Leuris Pupo, ancló en la plaza 16 de la pistola de tiro rápido a 25 metros, con 581 puntos que le negaron la final.

Jorge Félix Álvarez no se acercó a la vanguardia de esa misma prueba y cerró en el escaño 39 con 460 unidades. Y Lisbeth Hernández concluyó en las casillas 28 (578 puntos) en el rifle de tres posiciones a 50 metros y 36 (624.7 puntos) en la modalidad de 10 metros.

En esta última con la satisfacción de que su marca quedó como la quinta mejor en la historia  de una cubana en esa modalidad a nivel olímpico.

Tampoco pudo pasar de las clasificaciones Laina Pérez, quien se ubicó en el peldaño 39 con sumatoria de 560 unidades en la pistola de aire a 10 metros y con 577 puntos finalizó en el escalón 25 de las pistola a 25 metros, completando el quehacer que les privó de ovaciones asociadas a preseas en la capital francesa.

Sin embargo, hubo un antes merecedor de ellas, en Buenos Aires, Argentina, cuando durante el torneo panamericano consiguieron los tres cupos que les abrieron las puertas de la cita parisina.

Primero lo logró Laina, al conquistar plata en la pistola a 25 metros, y luego se sumó Lisbet con bronce en la prueba femenina de rifle de aire a 10 metros, para asegurar su estreno en justas bajo los cinco aros.

Más tarde se incorporó Jorge Félix, quien escoltó en el evento de tiro rápido a Pupo, cuya asistencia a la capital francesa era un hecho desde que se clasificó de manera directa en el XIII Campeonato Panamericano de Lima 2022, en Perú.

A partir de lo acontecido en la justa bonaerense, la dirección de este deporte asignó espacio a los clasificados en la ruta crítica previamente trazada para el campeón olímpico de Londres 2012.

Este concursó en la copa del mundo de El Cairo, en Egipto, donde quedó a un punto de pasar a la batalla decisiva; y en la final del clasificatorio olímpico de la Federación Internacional de Tiro Deportivo, con sede en Río de Janeiro.

A dichas lides se sumaron las copas del orbe de Bakú, en Azerbaiyán; y Múnich, en Alemania, aunque el desempeño de los antillanos estuvo lejos de ser sobresaliente.

Más allá de insatisfacciones, merece destaque que Pupo se convirtiera en el primer deportista del patio en participar en siete ediciones de los Juegos Olímpicos, ratificándose ejemplo de constancia y respeto hacia sus seguidores.

Otro capítulo positivo llegó con los paratiradores, cuando Di Ángelo Lóriga, Alexander Reyna y Yenisgladis Suárez conquistaron bronce en la competencia por equipos mixtos de la pistola a 50 metros SH1 y dos boletos paralímpicos en la Copa del Mundo de Paratiro de Nueva Delhi 2024, en India.

Ya en el Centro Cháteauroux  Shooting, Reyna se ubicó cuarto en la final de la P1-pistola neumática a 10 metros, solo superado por medallistas mundiales, acuñando la mejor actuación de la Isla en ese deporte bajo los tres agitos.

Lóriga concluyó en el sitio 26 en esa propia modalidad, con acumulado total de 497-2x, y Yenisgladis no pudo acceder a la final en la pistola de aire a 10 metros, al quedar en el puesto 14 en la fase clasificatoria.

En su segunda experiencia paralímpica, también se posicionó en el lugar 24 de la prueba P3-pistola mixta a 25 metros clase SH1.

Todo lo expuesto adquiere especial relevancia si se tiene en cuenta que se trata de un deporte golpeado con mucha crudeza por el bloqueo económico, comercial y financiero sostenido durante varias décadas por Estados Unidos contra Cuba.

El gobierno de ese país insiste en vincular el asunto con lo militar y prohíbe la venta de armas y municiones, lo que dificulta al extremo su adquisición, afectando la preparación, incluso en el orden tecnológico, pues esa política, mundialmente condenada, también obstaculiza la adquisición de otros implementos.

Por eso, ningún intento de resumen puede carecer del reconocimiento al ingenio de los entrenadores, la entrega de técnicos negados a rendirse, y el papel de manos amigas y solidarias de diversas partes del planeta que tributan a que, pese a tantas limitaciones, el nombre de Cuba se mantuviera este año en la élite de esta disciplina.